Sobre la tirada del tarot egipcio se dicen muchas cosas ya que su carácter sagrado logra cubrirlo de una solemnidad que se combina con el pronunciado realismo que suelen tener las imágenes de cada una de sus cartas. Su precisión definitivamente no tiene punto de comparación, elementos como sus detallados rasgos, colores y símbolos se complementan de maravilla para dar lugar a un oráculo cargado de asertividad.
La civilización egipcia se encargó de dejar una huella imborrable en esta mágica baraja, así que es totalmente recomendada para esos procesos de adivinación en los que sencillamente no hay sitio para los equívocos o confusiones.
La baraja egipcia
Tal y como sucede con todos estos mazos, la baraja egipcia cuenta en la actualidad con un sin fin de versiones, sin embargo en términos generales se puede decir que se compone de 56 cartas de arcanos menores y 22 pertenecientes al grupo de arcanos mayores, entre esta última categoría resaltan cartas como el mago, la emperatriz, el ermitaño, la rueda de la fortuna, la muerte y la justicia.
Todos estos arcanos brindan su mensaje mezclando dos ámbitos: lo adivinatorio y lo espiritual, de aquí es que surge el gran respeto que se le tiene.
¿Cómo se lee el tarot egipcio?
Normalmente cuando se acude a este tipo de consultas, lo propio es sentarse mirando el rostro del intérprete y observar como este saca una carta que será la que represente en la tirada del tarot egipcio a quien pregunta. Casi siempre se corta la baraja en tres montones, se vuelve a unir y se disponen en el esquema seleccionado por el guía.
Regularmente las inquietudes hacen referencia a temáticas que pasan por el trabajo, los negocios, el amor, las pérdidas, desgracias y los bienes materiales. En realidad este sistema de adivinación es de gran confianza, su antigüedad es su mejor carta de presentación.